**Arabia Saudí al borde del colapso financiero: ¿la megaciudad NEOM es el último clavo en el ataúd?**
Arabia Saudí se enfrenta a una crisis de deuda que podría llevar al reino a la bancarrota en esta década, según un alarmante informe del Fondo Monetario Internacional. Mientras el príncipe heredero Mohamed Bin Salmán intenta transformar el país en un centro global de innovación con proyectos faraónicos como NEOM, la realidad económica se desmorona. Con el precio del petróleo por debajo de los 70 dólares, muy lejos de los 90 necesarios para equilibrar las cuentas públicas, el reino se encuentra en una encrucijada peligrosa.
NEOM, un ambicioso proyecto de 1,5 billones de dólares destinado a albergar a 1,5 millones de personas, ya ha reducido sus expectativas a solo 300,000. Este megaproyecto, que busca presentar a Arabia Saudí como un faro de modernidad, enfrenta una creciente incertidumbre. Las obras han comenzado, pero la pregunta crucial persiste: ¿quién financiará realmente esta utopía en medio del desierto?
La deuda pública saudí se ha duplicado desde 2016, y muchos de los ingresos aún dependen de la petrolera estatal Aramco. A medida que los gastos aumentan, el reino se ve obligado a recortar inversiones en otros sectores, y el escepticismo de los inversores internacionales se intensifica. A pesar de los esfuerzos por atraer capital extranjero, las empresas prefieren establecerse en Dubai, donde las leyes son más favorables y el entorno de negocios es más seguro.
La situación es crítica: si los ingresos de NEOM y otros megaproyectos no cumplen las expectativas, el déficit presupuestario podría alcanzar cifras insostenibles. La transformación de Arabia Saudí, que aspira a ser un líder en tecnología y turismo, se tambalea ante la dura realidad de un régimen que aún no ha abandonado sus prácticas represivas. La pregunta que queda es clara: ¿puede un país que castiga la libertad de expresión realmente convertirse en un líder internacional en innovación? La respuesta podría determinar el futuro del reino.