**TARIFAS DE TRUMP FRACASAN: LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ DE EE. UU. ABANDONA AMÉRICA**
En un giro inesperado y alarmante, las tarifas impuestas por el expresidente Donald Trump han llevado a la industria automotriz de Estados Unidos a un colapso sin precedentes. La reciente decisión de duplicar las tarifas sobre las importaciones de metales al 50% ha desatado una ola de cierres de fábricas y despidos en el corazón de la manufactura estadounidense. Las cadenas de montaje que una vez resonaban en Detroit y Ohio ahora están en silencio, mientras que los trabajadores reciben notificaciones de despido en lugar de nuevas contrataciones.
Las expectativas de un renacimiento del “cinturón oxidado” se han desvanecido rápidamente. En lugar de revitalizar la producción nacional, las tarifas han encarecido las piezas extranjeras y han paralizado la producción. A medida que las fábricas luchan por adaptarse, se han visto forzadas a trasladar sus operaciones a México y Canadá, donde los costos siguen siendo competitivos. En los primeros cinco meses de 2025, 19 de los 62 proyectos de expansión en el Medio Oeste se han detenido, y se estima que 34,000 empleos se han perdido en la región.
Los fabricantes de automóviles, que una vez esperaban un aumento en la producción, ahora enfrentan una crisis de suministros. La escasez de componentes cruciales ha llevado a empresas a buscar alternativas en el extranjero, mientras que el costo de los insumos ha aumentado desmesuradamente. Un fabricante de maquinaria agrícola en la frontera de Illinois y Wisconsin, por ejemplo, se vio obligado a reducir su capacidad de producción en un 40% debido a la imposibilidad de obtener piezas clave.
Las consecuencias son devastadoras: la economía regional está sufriendo una caída del PIB, y los beneficios por desempleo han aumentado a 1.1 mil millones de dólares. La situación ha llevado a algunos legisladores a pedir una reducción inmediata de las tarifas, pero la Casa Blanca se aferra a su estrategia, alegando que estas son una herramienta de negociación con China.
La industria automotriz, una vez símbolo de innovación y fuerza, ahora se encuentra al borde del abismo. Sin una intervención decisiva y clara desde Washington, el sueño de un resurgimiento manufacturero en EE. UU. podría convertirse en una pesadilla económica. La pregunta persiste: ¿podrá la administración revertir el rumbo antes de que sea demasiado tarde?