**Trump enloquece mientras más de 200,000 contenedores ESTÁN ATRAPADOS en puertos de EE. UU.: ¿Puede la cadena de suministro americana soportar esto?**

La crisis en los puertos de Estados Unidos alcanza niveles alarmantes, con más de 200,000 contenedores atrapados en Los Ángeles y Long Beach, el epicentro del comercio marítimo. La administración de Trump ha impuesto aranceles devastadores, incluyendo un 50% sobre el acero y el aluminio, lo que ha provocado una caída del 30% en el tráfico de carga. Los efectos son innegables: las estanterías están vacías, los precios se disparan y miles de trabajadores portuarios enfrentan despidos inminentes.

La CEO de General Motors advierte que la industria automotriz podría verse obligada a aumentar los precios y cambiar a botellas de plástico debido a la crisis. Con la cancelación de pedidos y rutas por parte de las empresas navieras, la situación se vuelve insostenible. Si esta tendencia persiste durante tres meses, el costo podría ascender a 40 mil millones de dólares, y si se extiende por un año, se estima que alcanzará entre 130 y 140 mil millones de dólares.

Los puertos, que solían manejar hasta un millón de contenedores al mes, ahora ven cómo la llegada de barcos se reduce drásticamente. La tasa de ocupación de los barcos restantes ha caído un 30%, mientras que los trabajadores en el sector están viendo reducidos sus turnos, enfrentándose a una pérdida de ingresos que podría afectar a 165,000 empleos a tiempo completo.

La incertidumbre se cierne sobre el mercado, y la falta de contenedores en los muelles se traduce en un aumento de precios que impacta directamente a los consumidores. Con cada día que pasa sin que los contenedores lleguen, la economía de California pierde aproximadamente 10 millones de dólares. Mientras tanto, las tensiones sociales aumentan, ya que los grupos de bajos ingresos no pueden afrontar el aumento de precios.

La pregunta que todos se hacen es: ¿cómo se resolverá esta crisis? La presión está aumentando tanto sobre la Casa Blanca como sobre los consumidores. La cadena de suministro estadounidense se tambalea, y la falta de acción inmediata podría llevar a consecuencias devastadoras para la economía en su conjunto. El tiempo corre, y la urgencia de resolver esta crisis no puede ser subestimada.