La ya tormentosa relación entre Barcelona y La Liga ha entrado oficialmente en una nueva fase desafiante cuando el gigante catalán anunció su retirada del Comité de Delegación del torneo.
La decisión, tomada por el Barcelona debido a la “inconsistencia y el comportamiento inaceptable” de LaLiga, no es sólo un acto simbólico sino también una muestra de la profunda y creciente ruptura entre ambos equipos.
El Comité de Delegados de La Liga es el órgano representativo de los clubes de la liga y desempeña un papel importante en la discusión y toma de decisiones sobre muchos aspectos de la liga. La decisión de un club de la talla del Barcelona de retirarse muestra el nivel de desacuerdo y frustración que tienen con la gestión y las políticas de La Liga.
El Barcelona toma medidas duras contra los organizadores de LaLiga.
Se cree que el detonante de esta escalada de tensiones surgió de disputas de larga data sobre las regulaciones financieras y el registro de jugadores. En medio de la difícil situación financiera, el Barça ha expresado repetidamente su deseo de ser más autónomo en sus decisiones financieras. El equipo del Nou Camp considera que la estrecha supervisión y la frecuente intervención de La Liga han causado obstáculos importantes al plan del equipo de reconstruirse y mantener la competitividad.
El último punto álgido del conflicto es la decisión de La Liga de apelar la decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD) que permite a los nuevos fichajes Dani Olmo y Pau Víctor jugar en el Barcelona hasta final de temporada. La decisión de La Liga ha sido recibida con una fuerte reacción por parte de la directiva del Barcelona, que dice que la medida es una intervención innecesaria y va en contra del espíritu del deporte. El presidente de LaLiga, Javier Tebas, tampoco dudó en criticar públicamente al CSD por “extralimitarse” en su fallo, aumentando aún más la tensión entre las partes.
Javier Tebas está listo para responder al equipo del Nou Camp.
En respuesta a la acción del Barcelona, La Liga emitió un comunicado oficial, afirmando su postura y enumerando quejas específicas contra las acciones del Barcelona y del CSD. Esto demuestra que LaLiga no tiene intención de ceder y está dispuesta a enfrentarse al Barcelona en este tema.
La renuncia del Barcelona a la Comisión Delegación no fue un simple acto de descontento. También demuestra una fuerte determinación del club de recuperar el control de sus asuntos financieros y operativos. Este podría ser el primer paso de una serie de acciones legales y políticas más complejas, que podrían causar una gran agitación en el fútbol español.