Un giro inesperado ha sacudido el caso de Valeria Márquez, la influencer mexicana asesinada durante una transmisión en vivo. Un peritaje filtrado revela que su muerte fue un acto premeditado, llevada a cabo por personas que conocían su rutina y posiblemente contaban con la complicidad de su círculo cercano. La fiscalía ha comenzado a examinar con lupa a sus amigas más cercanas, Vivian y Erika, quienes han mostrado actitudes que levantan sospechas sobre su posible implicación en el crimen.

Según las nuevas evidencias, Valeria estaba bajo vigilancia antes de ser atacada. La investigación sugiere que su trágico desenlace no fue un hecho fortuito, sino el resultado de una cadena de traiciones que la rodeaban. Testigos han señalado comportamientos extraños de Vivian, quien instó a Valeria a quedarse en el salón de belleza, justo antes del ataque. Esta insistencia ha llevado a muchos a cuestionar si había un plan oscuro en marcha.

Las cámaras de seguridad de la tienda donde ocurrió el crimen fueron encontradas destruidas, lo que despierta aún más interrogantes sobre un posible encubrimiento. La fiscalía de Jalisco ha declarado que no se descarta ninguna línea de investigación, mientras la presión social para esclarecer el caso se intensifica. La aparición de un ramo de flores con la palabra “perdón” en el lugar del hecho ha generado una ola de especulaciones sobre su significado: ¿es un gesto de arrepentimiento o una advertencia?

Con el país a la expectativa, el caso de Valeria Márquez no solo revela la fragilidad de la vida de una joven prometedora, sino también las sombras de la traición que pueden existir entre quienes se presentan como amigos. La pregunta que persiste en la mente de muchos es: ¿quién fue realmente responsable de su muerte y qué más se oculta detrás de este trágico suceso? La búsqueda de justicia continúa, mientras la sociedad exige respuestas claras y rápidas.