**TITULAR: EL PÁNICO DE TRUMP ANTE LA REBELIÓN EN CALIFORNIA**
Los Ángeles se ha convertido en un campo de batalla. Imágenes desgarradoras de la brutalidad policial emergen, mostrando a los oficiales montados arremetiendo contra manifestantes pacíficos. La tensión en la ciudad ha alcanzado niveles insostenibles tras una serie de protestas que comenzaron el 6 de junio, en respuesta a las redadas masivas de ICE. Más de 100 detenidos en las primeras horas y un despliegue militar sin precedentes han desatado la ira de los ciudadanos, quienes, independientemente de su origen, se han unido en una lucha por sus derechos.
El presidente Trump, en lugar de buscar el diálogo, ha optado por la represión. Más de 4,000 soldados de la Guardia Nacional y 700 marines han sido enviados a las calles de Los Ángeles, sin autorización del gobernador, en un intento por aplastar lo que él califica de “desorden”. Pero las imágenes hablan por sí solas: mujeres con bebés, ancianos y jóvenes enfrentándose a una fuerza desmedida. La policía, armada hasta los dientes, no está allí para proteger, sino para intimidar.
Gavin Newsom, gobernador de California, ha declarado la movilización como un “teatro político”, pidiendo una orden judicial para detener esta locura. Sin embargo, Trump responde con amenazas veladas, sugiriendo que el gobernador podría enfrentar arresto por obstrucción federal. Este no es solo un conflicto local; las protestas se han extendido a más de 37 ciudades, con un patrón de represión violenta que se repite en cada rincón del país.
La brutalidad no se limita a los manifestantes; al menos siete periodistas han sido agredidos mientras cubrían los eventos. La libertad de prensa está bajo ataque, y la imagen de un país que se desmorona se vuelve cada vez más clara. La indignación crece, y la lucha por la dignidad y los derechos fundamentales se intensifica. Este es un momento decisivo para Estados Unidos, y las repercusiones de la respuesta de Trump podrían ser devastadoras. La historia se está escribiendo ahora, y el mundo observa.