**Trump Enloquece al Enterarse de que Groenlandia Rechaza a EE.UU. y Firma Acuerdos con Canadá**
En un giro inesperado de los acontecimientos, el expresidente Donald Trump ha estallado en ira tras conocer que Groenlandia ha rechazado la oferta de anexión de Estados Unidos y ha optado por un acuerdo estratégico con Canadá. Desde el podio del Congreso, Trump no pudo contener su frustración, proclamando: “Anexaremos Groenlandia a los Estados Unidos de una forma u otra”. Sin embargo, lo que parecía ser un sueño de poder se ha convertido en una pesadilla geopolítica.
En marzo de 2025, Groenlandia, en colaboración con empresas canadienses y el Banco Europeo de Inversiones, firmó un proyecto de minería de tierras raras y oro valorado en 3.000 millones de dólares con el gobierno danés. Este acuerdo no solo excluye a Washington, sino que también establece a Canadá como el jugador principal en la región del Ártico, un área de creciente interés por su riqueza mineral.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad Nacional de Trump ha desempolvado documentos de estrategias arcaicas, intentando justificar una intervención militar. Sin embargo, la respuesta de Copenhague fue clara: “Groenlandia pertenece a los groenlandeses”, y cualquier intento coercitivo dañaría la integridad de la Alianza Atlántica. La tensión está en aumento, y la comunidad internacional observa con preocupación.
El impacto de esta alianza entre Canadá y Groenlandia podría tener repercusiones significativas en la política de defensa de EE.UU. y sus relaciones con Europa. Con la creciente presión sobre los suministros de minerales críticos y el temor a una escalada militar, el tiempo corre. Groenlandia ha pasado de ser un simple objeto de deseo a un centro neurálgico de recursos estratégicos, y su futuro parece estar más alineado con Ottawa y Bruselas que con Washington.
Mientras Trump sigue prometiendo que “haremos a Groenlandia rica”, el mundo se pregunta: ¿será capaz de revertir esta situación antes de que sea demasiado tarde? La respuesta a esa pregunta podría definir no solo el destino de Groenlandia, sino también el equilibrio de poder en el Ártico.