**Título: ¡Trump ENLOQUECE tras el anuncio de Carney sobre el impuesto digital a gigantes tecnológicos de EE. UU.!**

En un giro inesperado que sacude las bases del comercio internacional, el presidente Donald Trump ha suspendido de manera abrupta el Acuerdo Económico del Atlántico Norte, tras la decisión de Canadá de imponer un impuesto digital a gigantes tecnológicos estadounidenses como Meta, Google y Amazon. Este movimiento, calificado por Trump como una “declaración de guerra” contra la innovación estadounidense, ha desatado una crisis diplomática sin precedentes.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha defendido su proyecto de ley C96, que entrará en vigor el 1 de julio, imponiendo un gravamen del 3% sobre los ingresos brutos de empresas con más de 750 millones de euros en ingresos globales. La reacción inmediata de la Casa Blanca fue convocar una reunión de emergencia, donde se anunció una investigación bajo la sección 301 del USMCA, preparando el terreno para aranceles de hasta el 25% sobre productos canadienses como aluminio y níquel.

En cuestión de horas, los mercados se vieron afectados, con la pérdida de 98 mil millones de dólares en valor de mercado, aunque una tregua temporal con China mitigó las pérdidas. Mientras tanto, la economía estadounidense se enfrenta a un posible impacto de 79,000 empleos perdidos y un aumento en la inflación. Por su parte, Canadá prevé que este impuesto genere 4.1 mil millones de dólares en su primer año, reforzando su autonomía digital.

Las tensiones entre ambos países están en su punto más alto, con tres escenarios potenciales en juego: desde una retirada voluntaria de Canadá hasta la posibilidad de una guerra comercial total. La administración Trump, apoyada por senadores de Michigan, busca proteger a Silicon Valley, mientras que Carney se aferra a la idea de que el impuesto beneficiará a la economía canadiense.

A medida que se intensifica esta crisis, el futuro del comercio digital y la soberanía tecnológica en América del Norte pende de un hilo. La batalla por el control de los datos y las cadenas de suministro de defensa está en marcha, y el verano de 2025 podría marcar un punto de inflexión en la historia económica global.