Lando Norris, el piloto estrella de McLaren, se convierte en el héroe inesperado del podio del Gran Premio de Hungría tras una caótica celebración de champán que casi le cuesta su trofeo. En un momento hilarante y tenso, el joven británico salvó su preciada recompensa justo antes de que la efervescencia de la celebración desatara el caos en el podio.
Norris, quien había comenzado la carrera en la quinta posición, sorprendió a todos al luchar por la victoria en las últimas vueltas. “No esperaba estar en la lucha desde P5”, confesó después de la carrera. “Pensé que mis posibilidades de ganar eran prácticamente nulas, especialmente contra Oscar”. Sin embargo, con una estrategia impecable y un manejo brillante, logró escalar posiciones y desafiar a sus competidores, dejando a los aficionados boquiabiertos.
La celebración, que comenzó con risas y aplausos, rápidamente se tornó en un espectáculo de burbujas voladoras cuando el champán se desató. En medio del alboroto, Norris demostró reflejos rápidos, aferrándose a su trofeo mientras el líquido espumoso volaba por todas partes. “Fue un momento divertido, pero muy intenso”, comentó el piloto, con una sonrisa en el rostro.
Este episodio no solo resalta la habilidad de Norris en la pista, sino también su carisma fuera de ella. La carrera en Hungría se convirtió en un recordatorio de que, en el mundo de la Fórmula 1, cada segundo cuenta, tanto en la pista como en el podio. Con este triunfo, Norris no solo se lleva un trofeo a casa, sino también un lugar en los corazones de los aficionados que lo ven como un verdadero campeón.