**México Toma el Control de Petroleras Millonarias: Un Giro Histórico en la Industria Energética**

En un movimiento inesperado que sacudió los cimientos de la industria energética, México ha tomado el control de sus petroleras millonarias, marcando una victoria trascendental para el país. El magnate Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, ha decidido invertir fuertemente en Pemex, la petrolera estatal que atraviesa una crisis sin precedentes. Esta alianza no solo redefine el futuro económico de México, sino que también envía un mensaje claro al mundo: el país está listo para recuperar su soberanía energética.

Con una inversión inicial de 530 millones de dólares y un plan de inyección de 100 millones adicionales para explotar el campo de gas Lacach en el Golfo de México, Slim se posiciona como el aliado mayoritario de Pemex en un momento crítico. La petrolera, que ha visto caer su producción a niveles alarmantes, recibe un respiro vital justo cuando las tensiones con Estados Unidos aumentan debido a sanciones comerciales impuestas por la administración Trump.

Slim, enérgico y decidido, ha denunciado los aranceles que amenazan la economía mexicana, afirmando que “no hacen crecer la economía, la destruyen”. Su estrategia no solo busca revitalizar Pemex, sino también consolidar a México como un refugio de competitividad en medio de la crisis global.

La presidenta Claudia Shainbaum, aliada de Slim, ha dado un paso audaz en la reconfiguración de la política energética del país. Juntos, están escribiendo un nuevo capítulo en la historia económica de México, donde la inversión interna se erige como la única vía para enfrentar las agresiones extranjeras.

Con el peso mexicano mostrando signos de recuperación y un récord en inversión extranjera directa, el futuro de México se presenta lleno de oportunidades. La alianza entre Slim y Shainbaum no solo promete estabilizar Pemex, sino también convertir a México en un gigante energético global, desafiando a las potencias petroleras tradicionales. La historia está en marcha, y el mundo observa cómo México recupera el control de uno de sus recursos más vitales.