**Desastre en el Puente Gordie Howe: $4.8 mil millones en peligro y Canadá furioso**
En un giro inesperado, el recién inaugurado Puente Gordie Howe, una obra de $5 mil millones, se ha convertido en un símbolo de crisis económica y tensión política entre Canadá y Estados Unidos. Este cruce, vital para el comercio, que conecta Detroit y Windsor, se enfrenta a un colapso inminente debido a los aranceles del 25% impuestos por la administración de Donald Trump a los automóviles fabricados en Canadá y México. Con $400 millones en bienes cruzando la frontera diariamente, la situación es alarmante.
Desde su apertura, el puente, diseñado para aliviar el tráfico de 10,000 camiones diarios, ha visto cómo las fábricas en Windsor cierran sus puertas y los foundries en Detroit se detienen. La imposición de aranceles ha hecho que el costo de producción se dispare, dejando a los trabajadores temerosos por sus empleos. “La lógica que nos etiqueta como una amenaza a la seguridad nacional está apuñalando el corazón del sistema logístico”, gritó Lana Payne, presidenta del sindicato Unifor, ante una multitud preocupada.
Mientras tanto, la economía de Detroit también se tambalea. La profesora Louise Carmichael advirtió que la falta de piezas importadas de Canadá podría cerrar 15 pequeños foundries en el condado de Wayne. En respuesta, Ottawa ha comenzado a elaborar una lista de represalias, incluyendo aranceles adicionales a productos de Michigan, intensificando aún más la tensión.
El futuro del puente, que se esperaba fuera un éxito rotundo, ahora está en entredicho. Con una caída proyectada del 33% en el tráfico vehicular, las inversiones están en peligro y la incertidumbre se cierne sobre la economía de ambos lados de la frontera. A medida que las negociaciones se estancan y la política se enreda, millones de canadienses y estadounidenses se preguntan si el puente se convertirá en un monumento a la desconfianza. La necesidad de un diálogo urgente es más crítica que nunca en esta encrucijada histórica.