**EE.UU. RECHAZA ENVÍOS DE TRIGO: ¡LOS COMPRADORES CAMBIAN A CANADÁ! TRUMP NO LO VIO VENIR**
En un giro impactante que podría reconfigurar el comercio global de granos, compradores internacionales están rechazando el trigo estadounidense en favor de alternativas canadienses. Durante décadas, el trigo de EE.UU. fue considerado el estándar dorado en el mercado internacional. Sin embargo, desde el verano de 2024, esa reputación ha comenzado a desmoronarse. Para mediados de 2025, la tendencia se ha revertido por completo, y los compradores de todo el mundo, desde Filipinas hasta Francia, han comenzado a cambiar sus contratos masivamente a Canadá, Australia y Argentina.
La situación se ha vuelto crítica. Un informe de Agropulse Data Services revela que la confianza en el trigo estadounidense ha caído en picada, impulsada por problemas logísticos, irregularidades en la certificación de calidad y la inestabilidad política en Washington. Por ejemplo, el grupo filipino San Miguel Foods, que solía importar 2.7 millones de toneladas de trigo estadounidense, acaba de cancelar un contrato de 110,000 toneladas, optando en su lugar por trigo canadiense y australiano.
Los datos son alarmantes: en el primer trimestre de 2025, las importaciones de trigo estadounidense en Francia cayeron a su nivel más bajo desde 2002, mientras que las de Canadá aumentaron significativamente. En Corea del Sur, el cambio de preferencia se debe a preocupaciones sobre residuos de glifosato en el trigo estadounidense, que frecuentemente excede los límites permitidos.
La caída en la demanda está teniendo un efecto devastador en la economía agrícola de EE.UU. Con un aumento del 44% en las existencias de trigo en Kansas y una caída en los precios que ha puesto a muchos agricultores en números rojos, la situación es insostenible. Los expertos advierten que si esta tendencia continúa, el volumen anual de exportaciones de trigo de EE.UU. podría caer drásticamente, con pérdidas de hasta 19.4 mil millones de dólares en el PIB del Medio Oeste.
Mientras tanto, Canadá ha implementado un ecosistema de incentivos de 950 millones de dólares, permitiendo a los productores ofrecer un trigo más confiable y de calidad superior. La llamada a la acción es clara: EE.UU. debe reestructurar su enfoque comercial y tecnológico o arriesgarse a perder su estatus en el mercado global de granos de forma permanente. La pregunta que queda es: ¿podrán los líderes estadounidenses reaccionar a tiempo ante esta crisis inminente?