**La UE ESTUPEFACTA: ¡Francia e Italia Respaldan la Ofensiva Brillante de Trump!**

Un giro inesperado ha sacudido a la Unión Europea, ya que Francia e Italia han decidido respaldar la oferta de arancel del 10% de Donald Trump. La amenaza del presidente estadounidense, expresada en un mitin en Ohio, ha fracturado la aparente unidad de Bruselas, dejando a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una posición precaria. Mientras ella afirmaba que el impuesto sobre servicios digitales es un recurso soberano de la UE, tras las cámaras, París y Roma exploraban una estrategia completamente diferente.

Francia está considerando congelar el 40% de su recaudación fiscal y establecer un fondo conjunto con Washington, mientras que Italia ve el arancel del 10% como “manejable”. Este cambio de postura plantea serias dudas sobre la cohesión del mercado único europeo, poniendo a prueba su resistencia ante un desafío sin precedentes.

El clima de tensión se intensificó desde que Trump advirtió que “Europa probará los aranceles americanos” si no retira el impuesto tecnológico. La respuesta inicial de Bruselas fue unánime, pero las conversaciones secretas entre las capitales europeas revelan un escenario alarmante: la posibilidad de que dos de los principales miembros de la UE negocien acuerdos bilaterales con Estados Unidos, socavando la autoridad de la Comisión.

Las repercusiones económicas son inminentes. Según estimaciones, aceptar el arancel del 10% podría reducir el crecimiento del PIB europeo en un 0.4%. Sin embargo, si la UE responde con represalias, la caída podría alcanzar un 1.1%. La presión sobre París y Roma es palpable, ya que buscan proteger sus industrias vinculadas al mercado estadounidense.

Mientras tanto, la división se hace eco en los pasillos de Bruselas, donde se habla de una “unión fragmentada”. La autoridad de la Comisión está en juego, y la capacidad de la UE para negociar futuras relaciones comerciales con potencias como China o India podría verse comprometida. La situación es crítica y la respuesta de la UE será un test crucial de su integración y fortaleza. La pregunta que todos se hacen ahora es: ¿podrá la UE mantenerse unida frente a la presión de Washington?