Desde el 1 de octubre de 2025, solicitar una visa para ingresar a Estados Unidos se convertirá en un proceso significativamente más costoso y complicado. La nueva legislación, impulsada por el presidente Donald Trump, establece un aumento de $250 en la tarifa de las visas de no inmigrante, lo que ha desatado una ola de indignación entre socios comerciales y diplomáticos de todo el mundo. La ley, conocida como One Big Beautiful Bill Act, fue aprobada recientemente por el Senado estadounidense y eleva el costo total de visas como la B1/B2 para turismo y la H1B para trabajo temporal, de $185 a $435.
Este incremento no solo afecta a los turistas y trabajadores, sino que también impacta a estudiantes y visitantes de intercambio, quienes deberán pagar tarifas adicionales que suman hasta $350. La nueva tasa de integridad, que se aplicará a todos los solicitantes de visa de no inmigrante sin posibilidad de exención, se implementa en un contexto donde se prevé un aumento en las solicitudes debido a eventos como la Copa Mundial 2026.
Las organizaciones defensoras de migrantes han calificado esta ley como una de las más restrictivas en la historia reciente, advirtiendo que encarece el proceso y limita el acceso a poblaciones vulnerables. Además, se introducen nuevas tarifas para quienes soliciten asilo y para el Estatus de Protección Temporal, lo que podría generar una recaudación significativa para el gobierno federal.
En medio de esta crisis, los solicitantes deben estar atentos a la posibilidad de reembolsos en situaciones específicas, como el cumplimiento de su estancia legal y la salida del país sin demoras. Sin embargo, las condiciones son estrictas y la incertidumbre sobre el futuro migratorio es palpable. Esta medida, junto con la evaluación exhaustiva de redes sociales para los solicitantes, añade una capa adicional de complejidad y preocupación en un panorama migratorio ya tenso.