¡Alerta máxima! La Unión Europea ha decidido dar un golpe devastador a Boeing, reemplazando sus pedidos por aviones Airbus tras la imposición de aranceles del 25% por parte de la administración Trump. Este movimiento ha desatado una ola de consecuencias económicas que se extienden desde Seattle hasta las fábricas de automóviles en Michigan, afectando a toda la cadena de suministro estadounidense.
El 26 de junio, la Comisión Europea anunció su decisión, y desde entonces, las líneas de ensamblaje de Airbus han estado a plena capacidad, mientras que Boeing enfrenta una crisis sin precedentes. En solo 45 días, Airbus ha asegurado 19 mil millones de dólares en nuevos pedidos, mientras que Boeing ha sufrido cancelaciones por 11 mil millones. La situación es tan grave que se han detenido entregas de aviones y las líneas de producción en Kansas están paralizadas, con un memo interno que revela que las piezas no llegan a la fábrica desde hace más de una semana.
Los efectos no se limitan solo a la aviación. La industria automotriz también está sintiendo el impacto, ya que las tarifas sobre vehículos estadounidenses podrían reducir las exportaciones de GM a Europa en 40,000 unidades. La presión está llevando a las empresas a replantear sus estrategias de producción en América Latina, donde las nuevas regulaciones complican aún más la situación.
El panorama es sombrío: la caída de las acciones de Boeing ha sido inmediata, con una reducción de cinco puntos en Wall Street, mientras que las acciones de Airbus han visto un repunte. La percepción del consumidor europeo también ha cambiado drásticamente, con un 46% de los encuestados mostrando una preferencia por los aviones europeos debido a su reputación ambiental.
La administración Trump se encuentra ahora en una encrucijada, pues retroceder en los aranceles podría verse como una señal de debilidad, pero mantener la estrategia podría llevar a un daño irreparable en la economía estadounidense. La batalla comercial ha escalado a un nuevo nivel, y el futuro de Boeing pende de un hilo. La pregunta es: ¿podrá Boeing recuperar su posición en el cielo europeo o está destinado a ser un recuerdo del pasado?