**Trump ENLOQUECE al darse cuenta de que la audaz decisión de Canadá EXPLOTA el sector de la vivienda en EE.UU.**
En un giro inesperado que sacude los cimientos del mercado inmobiliario estadounidense, la reciente decisión de Canadá de imponer un gravamen al carbono sobre la madera blanda ha dejado a Donald Trump y a los constructores estadounidenses en estado de alerta. Tras la reducción de los aranceles de importación de EE.UU. del 8.6% al 4%, Ottawa ha respondido con una estrategia que podría encarecer drásticamente los costos de construcción en el país vecino.
La medida canadiense, que se inspira en el modelo europeo de gravamen fronterizo de carbono, amenaza con reconfigurar el panorama del sector de la construcción en Norteamérica. Con un costo adicional de hasta 28 dólares canadienses por tonelada para la madera importada que exceda el promedio de emisiones de carbono canadiense, los constructores estadounidenses podrían ver un aumento en los precios de la vivienda, justo cuando esperaban una disminución.
Mientras que la reducción de aranceles parecía ofrecer un respiro, el nuevo gravamen de carbono podría anular cualquier beneficio. La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas de EE.UU. estima que los costos de la madera representan el 6% del precio promedio de una vivienda unifamiliar, lo que se traduce en un impacto de aproximadamente 15,000 dólares en un proyecto de 250,000 dólares. Con la nueva carga fiscal, el alivio esperado se desmorona, y los consumidores estadounidenses podrían terminar pagando más.
Los expertos advierten que si Canadá expande su gravamen a otros productos derivados de la madera, el comercio entre EE.UU. y Canadá podría enfrentar pérdidas de hasta 36 mil millones de dólares. La situación se complica aún más con la posibilidad de que el impuesto sobre el carbono supere el límite establecido, lo que podría llevar a un aumento de costos aún más drástico.
La tensión entre ambos países se intensifica, y la respuesta de Trump podría ser inminente. Mientras el mercado de la vivienda en EE.UU. ya muestra signos de enfriamiento, la introducción de este nuevo gravamen podría ser la chispa que encienda una crisis en el sector. La hora de actuar es ahora, y el futuro de la vivienda en EE.UU. pende de un hilo.