La Fórmula 1 ha sido testigo de un escándalo en el Gran Premio de Bélgica 2025, donde la FIA se ha visto envuelta en un ridículo monumental tras una gestión desastrosa en condiciones climáticas adversas. La carrera, que comenzó bajo una lluvia ligera, se transformó en un espectáculo vergonzoso, con decisiones que dejaron a los aficionados atónitos.
A pesar de las previsiones meteorológicas claras, la FIA decidió retrasar el inicio de la carrera, solo para ver cómo la pista se secaba bajo el sol, mientras los coches daban vueltas tras el Safety Car. La frustración creció cuando los pilotos, entre ellos Lando Norris, se encontraron luchando contra condiciones que no eran aptas para competir. La falta de acción decisiva por parte de los organizadores ha sido calificada como una falta de respeto hacia los espectadores y los equipos.
En medio del caos, Oscar Piastri brilló al llevarse la victoria, superando a su compañero de equipo Norris, quien, una vez más, mostró debilidades bajo presión. Charles Leclerc, de Ferrari, volvió al podio, pero el verdadero héroe del día fue Alexander Albon, quien logró un impresionante sexto lugar, marcando un hito para Williams. Mientras tanto, Pierre Gasly se destacó con una actuación defensiva magistral, llevando su AlphaTauri a un décimo puesto merecido.
La carrera dejó un sabor amargo, no solo por la gestión de la FIA, sino también por el rendimiento inconsistente de los pilotos. La tensión entre los equipos y la frustración de los aficionados se palpaban en el ambiente. Con Budapest a la vista, la pregunta que resuena es: ¿podrá la FIA aprender de sus errores o estamos condenados a repetir este espectáculo ridículo? La temporada 2025 de la F1 sigue siendo un campo de batalla, y la presión ahora recae sobre los hombros de los organizadores para evitar que el caos se repita.