**EE.UU. EN CRISIS: Los aranceles de cobre de Trump añaden $4,300 por tonelada de la noche a la mañana**
En un giro devastador para la industria estadounidense, la reciente imposición de un arancel del 50% sobre productos de cobre semi-procesados ha desatado una tormenta económica. Mientras el precio del cobre en el mercado cae, los costos en talleres y sitios de construcción se disparan, creando un escenario caótico donde los productos se vuelven exorbitantemente caros. Este arancel, que afecta desde cables eléctricos hasta componentes de defensa, ha puesto en jaque la transición energética de EE.UU. y su capacidad de modernizar armamento.
La decisión de la Casa Blanca, anunciada el último día de julio de 2025, provocó una caída del 19.5% en el contrato de futuros de cobre en solo 30 minutos, la mayor caída diaria desde la pandemia. Sin embargo, esta aparente baja en el precio del metal no se traduce en alivio para los consumidores. Los costos de productos procesados, como cables y placas de circuitos, han aumentado drásticamente, llevando el costo total a $12,000 por tonelada.
La industria eléctrica ya siente las repercusiones, con un déficit presupuestario de $2.3 mil millones para proyectos de energía renovable. A su vez, el sector de defensa enfrenta un aumento de $104 millones en el presupuesto de modernización de baterías, lo que amenaza con retrasar la entrega de equipo crucial a aliados.
La presión sobre el sector de la construcción es igualmente alarmante. Con el costo de las tuberías de cobre disparándose a $10,400 por tonelada, se prevé una desaceleración en la construcción de viviendas, que podría perder 21,000 unidades anualmente. A medida que las tarifas continúan afectando la cadena de suministro, las fábricas de cables están reduciendo su producción y enfrentando dificultades financieras.
Mientras tanto, la incertidumbre se cierne sobre el futuro del cobre en EE.UU. y su papel en la transición hacia energías limpias. Con la presión de los lobbies de la agricultura, la construcción y la defensa, la Casa Blanca podría verse obligada a reconsiderar estos aranceles. Sin embargo, el tiempo se agota y la industria estadounidense se encuentra en una encrucijada crítica.