**Título: ¡Desesperación entre concesionarios de Jeep y RAM: La guerra comercial de Trump golpea los bolsillos estadounidenses!**
En un giro devastador, Stellantis, el gigante automotriz detrás de Jeep y RAM, está retirando $6,500 en efectivo cada minuto debido a los aranceles del 25% impuestos a los vehículos que llegan desde México y Canadá. En solo seis meses, la compañía ha enfrentado una asombrosa pérdida de $1.7 mil millones en penalizaciones aduaneras, una crisis que está sacudiendo no solo sus estados financieros, sino también los inventarios de concesionarios en Detroit y el futuro de su línea de vehículos eléctricos en Toledo.
Los precios de modelos como el Jeep Compass han aumentado en $5,000, y las ventas han caído a la mitad. Con el costo total de los aranceles proyectado para alcanzar los $3.4 mil millones para finales de 2025, la pregunta es clara: ¿forzará esta medida a Stellantis a producir en EE. UU. o la hundirá en deudas insostenibles?
El nuevo CEO, Natalie Knight, ha declarado que la producción de varios modelos está amenazada, con una caída del 51% en las ventas del Compass en julio. Los concesionarios de RAM en el área de Detroit están lidiando con un inventario de Gladiator un 38% más bajo que el año pasado, mientras que la demanda de los consumidores se desploma, con un aumento de precios que ahoga las ventas.
Con un margen de EBITDA que se desploma y una deuda neta que supera los $30 mil millones, la situación se torna crítica. Los concesionarios están convirtiendo la caída del inventario en líneas de financiamiento, mientras que la presión sobre los precios de venta está creando un efecto dominó que amenaza la rentabilidad.
Las consecuencias de estos aranceles no solo afectan a Stellantis, sino que también están alterando el panorama automotriz estadounidense, permitiendo que competidores como General Motors y Toyota ganen terreno. Si la administración Trump no actúa rápidamente para aliviar esta carga, el futuro de la industria automotriz estadounidense podría estar en juego. La guerra comercial está lejos de terminar, y sus efectos son devastadores.