¡Última hora! La llegada del nuevo perro de los Reyes de España ha desatado una tormenta de controversia que amenaza con reabrir viejas heridas en la relación entre la monarquía y Cataluña. El labrador negro, llamado Han, ha sido presentado al público en un emotivo adiós de la infanta Sofía, pero su nombre ha encendido alarmas en todo el país. ¿Es un intento de acercamiento a la comunidad catalana o un gesto despectivo al relegar un nombre catalán a una mascota?

La historia reciente de la reina Letizia con los animales en la Zarzuela es inquietante. Desde la trágica suerte de Sara, el labrador que fue apartado del hogar familiar, hasta la triste desaparición de Puskin, el schnauzer que vivió en la sombra tras la llegada de Letizia, los antecedentes no son alentadores. La reina, conocida por su aversión a los animales en casa, ha dejado claro que la vida de los perros en la Zarzuela no es la misma que la de sus predecesores.

La elección del nombre “Han”, una abreviatura catalana de Joan, ha sido interpretada de maneras opuestas: como un guiño estratégico para mejorar las relaciones con Cataluña o como una burla al no otorgar un nombre catalán a los herederos de la corona. Mientras tanto, la Casa Real guarda silencio, manteniendo una imagen idílica que contrasta con los rumores sobre la vida privada en el palacio.

En un momento en que la monarquía busca conectar con el pueblo, esta nueva controversia podría tener repercusiones significativas. La pregunta que todos se hacen es: ¿tendrá Han un destino diferente al de sus antecesores? La tensión en la Zarzuela se palpita en el aire, y los ojos de España están fijos en la reina Letizia y su nuevo compañero de cuatro patas.