¡CANCELADO! La situación en Ferrari ha alcanzado un punto crítico tras el desastroso rendimiento del SF25 en el Gran Premio de Hungría. A pesar de las esperanzas generadas por la nueva suspensión trasera y el suelo mejorado, el equipo italiano ha decidido tirar por la borda el desarrollo de su monoplaza actual, abriendo la puerta a un futuro incierto en la Fórmula 1. Según informes de Auto Racer, la revolución mecánica que se esperaba para 2024-2025 ha fracasado estrepitosamente, dejando a Ferrari sin opciones en la lucha por el campeonato y obligando a priorizar el desarrollo del coche para 2026.
La frustración es palpable entre los pilotos, especialmente Charles Leclerc, quien se mostró indignado por la falta de rendimiento y la incapacidad del equipo para gestionar los problemas técnicos. La presión de los neumáticos y la inestabilidad del SF25 han llevado a situaciones insostenibles en pista, con un rendimiento que se desplomó en los momentos cruciales de la carrera. El equipo ha admitido que el coche no puede ser salvado en esta temporada, lo que ha llevado a cancelar cualquier desarrollo significativo y a centrar todos los esfuerzos en la próxima era de la Fórmula 1.
Mientras tanto, Lewis Hamilton se encuentra en una encrucijada. Su contrato con Ferrari incluye una cláusula que le permite decidir su futuro, pero la presión es intensa. Si no encuentra la competitividad que busca en el SF25, podría tomar la decisión de abandonar el equipo. La incertidumbre sobre su rendimiento y el del monoplaza se cierne como una sombra sobre Maranello, donde el tiempo se agota y las esperanzas se desvanecen.
Ferrari se enfrenta a un futuro sombrío, con la mirada fija en 2026 y la necesidad urgente de rectificar el rumbo. La decisión de cancelar desarrollos es un claro indicativo de que el equipo está dispuesto a sacrificar el presente por un futuro más prometedor. La pregunta es: ¿será suficiente para recuperar la gloria perdida? La afición espera respuestas, pero el tiempo corre en su contra.