**Título: ¡Rechazados los envíos de trigo estadounidense! Los compradores se vuelven hacia Canadá. ¡Trump no vio esto venir!**

En un giro alarmante, el estatus del trigo estadounidense como el estándar de oro en el comercio internacional se desmorona. Desde la primavera de 2024, compradores críticos de mercados como Filipinas, Francia, Corea del Sur y México han empezado a rechazar contratos con Estados Unidos, optando en su lugar por proveedores canadienses y australianos. Este cambio radical, que se ha intensificado en 2025, señala una crisis de confianza que va más allá de la simple competencia de precios.

Los datos del Chicago Board of Trade revelan que, a pesar de que el precio del trigo duro rojo de Kansas ha caído solo un 10% en el último año, las importaciones de Estados Unidos a Francia se desplomaron a su nivel más bajo desde 2002, mientras que las de Canadá se dispararon. La razón: la incertidumbre política en Washington y la falta de protocolos de certificación de calidad confiables. La reciente decisión de San Miguel Foods en Filipinas de cancelar un contrato de trigo estadounidense en favor de un proveedor canadiense ilustra esta tendencia preocupante.

Además, el endurecimiento de las normativas de residuos de glifosato en Corea del Sur ha llevado a un rechazo sistemático de envíos estadounidenses, mientras que Canadá ha implementado prácticas agrícolas más limpias que han ganado la confianza de los compradores. Las tensiones políticas en la frontera con México han añadido más complicaciones logísticas, lo que ha llevado a un desvío hacia el trigo canadiense.

La consecuencia es devastadora: se estima que la pérdida de mercado en Corea del Sur podría costar a Estados Unidos hasta 410 millones de dólares y provocar la pérdida de miles de empleos en el sector agrícola. Mientras tanto, la administración estadounidense se enfrenta a un dilema crítico, con la necesidad urgente de reformar su estrategia de exportación agrícola para evitar un colapso permanente en su cuota de mercado. La presión está aumentando, y el tiempo se agota. Si no se toman medidas decisivas, el eco de esta caída resonará en la economía estadounidense por muchos años.