🚨 Tensión y confrontación en el box de Alpín tras el accidente de Franco Colapinto durante la clasificación del Gran Premio de Gran Bretaña. Flavio Briatore, jefe del equipo, irrumpió en el paddock con una furia palpable, dejando claro que la situación era crítica. “No se puede tirar a la basura todo un trabajo por una curva”, gritó, apuntando directamente al joven piloto argentino, quien aún lidiaba con las secuelas del choque.

El ambiente se volvió irrespirable. Los mecánicos, paralizados por la tensión, sabían que lo que estaba sucediendo era más que un simple reproche; era un punto de quiebre en la relación entre Colapinto y el equipo. El silencio se instaló mientras Briatore, con rostro desencajado, condenaba la falta de resultados. “No me importa cuántas vueltas diste bien antes, lo que importa es que dejaste a todos abajo”, resonó como un eco en el pequeño espacio, dejando a Colapinto con una herida más profunda que la física.

En una respuesta inesperada, Colapinto, con voz firme, expresó: “Yo también estoy dolido, pero no vine hasta acá para rendirme”. Este momento, lejos de ser un simple cruce de palabras, marcó un cambio en la dinámica del equipo. Mientras la presión aumentaba y los rumores sobre su futuro comenzaban a circular, el piloto se negó a dejarse llevar por el pánico, eligiendo en su lugar concentrarse en su preparación.

Las redes sociales se inundaron de reacciones, desde críticas hasta apoyo ferviente por parte de aficionados y expilotos. La situación se tornó crítica: ¿seguirá el equipo apostando por Colapinto o el incidente será la excusa para un cambio de pilotos? La incertidumbre se cierne sobre Alpín, donde cada movimiento cuenta y el futuro del joven piloto está en juego. Mientras tanto, Colapinto se prepara, decidido a convertir su error en la fuerza que lo defina. Esto aún no ha terminado.