**Trump ENFURECE tras la decisión de Canadá de cortar $100 mil millones en comercio con EE.UU.**
En un giro inesperado que sacudió los cimientos del comercio norteamericano, Canadá ha decidido redirigir su comercio tras el aumento de aranceles del 35% impuesto por Washington sobre el acero y el aluminio. En una conferencia de prensa, el Primer Ministro Mark Carney declaró que Canadá no permitirá que sus cadenas de suministro dependan de un solo mercado, desafiando directamente la arquitectura comercial de 40 años entre ambos países.
La respuesta canadiense es contundente: los envíos de acero, aluminio y madera, que totalizan aproximadamente $100 mil millones anuales, se están desviando hacia Europa y Asia. Ottawa ha activado acuerdos financieros para asegurar que su metal de bajo carbono llegue a puertos como Amberes, Yokohama y Alemania, mientras que las reglas de “hecho en Canadá” se endurecen en el mercado interno.
La Casa Blanca, por su parte, se enfrenta a un dilema crítico: ¿cómo responderá a este golpe económico? Con sus propios fabricantes enfrentando costos crecientes y la pérdida de un mercado vecino, la presión para intensificar la guerra comercial podría ser inminente. Carney ha confirmado que $45 mil millones en importaciones estadounidenses serán reprocesadas, y los planes para diversificar los mercados de exportación están en marcha.
La estrategia de Canadá incluye un cambio radical hacia el mercado europeo, donde las condiciones son favorables gracias a acuerdos comerciales vigentes. Se estima que, en la primera fase, se redirigirán $28.3 mil millones en productos, un golpe significativo para la economía estadounidense. Mientras tanto, la presión sobre los consumidores estadounidenses aumentará, ya que los fabricantes de acero y madera en EE.UU. enfrentan costos más altos.
La pregunta en el aire es clara: ¿podrá Trump y su administración manejar este nuevo desafío sin provocar una crisis económica mayor? La respuesta podría redefinir el futuro del comercio en América del Norte y más allá. Con el tiempo corriendo en su contra, Washington debe actuar rápido, antes de que Canadá consolide su nueva estrategia exportadora.